miércoles, 22 de agosto de 2007

RESUMEN ETICA PARA AMADOR DE FERNANDO SAVATER

1. de qué va la ética
Hay ciencias que se estudian por simple interés; otras, para aprender una destreza; la mayoría, para obtener un puesto de trabajo y ganarse con él la vida. Si no sentimos curiosidad ni necesidad de realizar tales estudios podemos prescindir tranquilamente de ellos. Abundan los conocimientos muy interesantes pero sin los cuales uno se las arregla bastante bien para vivir.
En lo único que a primera vista todos estamos de acuerdo es en que no estamos de acuerdo con todos. estas opiniones distintas coinciden en otro punto: a saber, que lo que vaya a ser nuestra vida es, al menos en parte, resultado de lo que quiera cada cual. En su medio natural, cada animal parece saber perfectamente lo que es bueno y lo que es malo para él, sin discusiones ni dudas. No hay animales malos ni buenos en la naturaleza, aunque quizá la mosca considere mala a la rana que tiende su trampa y se la come.
Y así llegamos a la palabra fundamental de todo este embrollo: libertad. Los animales no tienen más remedio que ser tal como son y hacer lo que están programados naturalmente para hacer. No se les puede reprochar que lo hagan ni aplaudirles por ello porque no saben comportarse de otro modo. Tal disposición obligatoria les ahorra sin duda muchos quebraderos de cabeza. En cierta medida, los hombres también estamos programados por la naturaleza. Y de modo menos imperioso pero parecido, nuestro programa cultural es determinante: nuestro pensamiento viene condicionado por el lenguaje que le da forma y somos educados en ciertas tradiciones, hábitos, formas de comportamiento, leyendas..., en una palabra, que se nos inculcan desde la cunita unas fidelidades y no otras. Todo ello pesa mucho y hace que seamos bastante previsibles.
Con los hombres nunca puede uno estar seguro del todo, mientras que con los animales o con otros seres naturales sí. Por mucha programación biológica o cultural que tengamos, los hombres siempre podemos optar finalmente por algo que no esté en el programa. Podemos decir «sí» o «no», quiero o no quiero. Por muy achuchados que nos veamos por las circunstancias, nunca tenemos un solo camino a seguir sino varios.
Cuando te hablo de libertad es a esto a lo que me refiero. es cierto que no estamos obligados a querer hacer una sola cosa. Y aquí conviene señalar dos aclaraciones respecto a la libertad:
Primera: No somos libres de elegir lo que nos pasa sino libres para responder a lo que nos pasa de tal o cual modo Segunda: Ser libres para intentar algo no tiene nada que ver con lograrlo indefectiblemente. No es lo mismo la libertad (que consiste en elegir dentro de lo posible) que la omnipotencia (que sería conseguir siempre lo que uno quiere, aunque pareciese imposible). Por ello, cuanta más capacidad de acción tengamos, mejores resultados podremos obtener de nuestra libertad.
En la realidad existen muchas fuerzas que limitan nuestra libertad, desde terremotos o enfermedades hasta tiranos. Pero también nuestra libertad es una fuerza en el mundo, nuestra fuerza. En cuanto te fijes un poco, verás que los que así hablan parece que se están quejando pero en realidad se encuentran muy satisfechos de saber que no son libres. Como no somos libres, no podemos tener la culpa de nada de lo que nos ocurra...» Uno puede considerar que optar libremente por ciertas cosas en ciertas circunstancias es muy difícil y que es mejor decir que no hay libertad para no reconocer que libremente se prefiere lo más fácil.
A diferencia de otros seres, vivos o inanimados, los hombres podemos inventar y elegir en parte nuestra forma de vida. Podemos optar por lo que nos parece bueno, es decir, conveniente para nosotros, frente a lo que nos parece malo e inconveniente. Y como podemos inventar y elegir, podemos equivocarnos, que es algo que a los castores, las abejas y las termitas no suele pasarles. De modo que parece prudente fijarnos bien en lo que hacemos y procurar adquirir un cierto saber vivir que nos permita acertar. A ese saber vivir, o arte de vivir si prefieres, es a lo que llaman ética.

2. Opinión personal
En este capítulo el autor nos habla de lo que puede ser lo bueno y lo malo, a partir de lo que nos conviene, en esta parte no habla de que lo que nos conviene es lo que para nosotros es bueno, pero para poder desarrollar esto que nos conviene tenemos una serie de obstáculos, los cuales considero que son lo que a los otros les convienen, pero esta conveniencia no es la que nosotros consideramos como buena sino como mala, por lo que es aquí donde surgen los obstáculos ; pero tenemos que saber que hay cosas que están hechas solamente para hacer algo lo cual también puede significar un obstáculo, pero a partir del ejemplo de las abejas y castores, nos damos cuenta que es prácticamente imposible realizar actividades que están dentro de lo que considero como una posible fantasía o algo parecido.
En este capítulo el autor hace una comparación de el hombre con los animales en donde menciona a las termitas y a Héctor (personaje que forma parte de la Ilíada obra de Homero) quien es un guerrero al igual que una parte de las termitas que forman el "reino", creo que en esta parte del capítulo el autor nos trata de enseñar o dar a entender que el hombre tiene el privilegio de ser libre, ya que el humano tiene la capacidad de decidir lo que quiera y en este caso las termitas no pueden cambiar lo que tiene que hacer ya que pienso que no tiene el raciocinio suficiente para saber que es lo que les conviene. Aunque el autor nos dice que no podemos hacer lo que queramos creo que si lo podemos hacer pero el acto realizado puede traer consecuencias no muy agradables, pero también es cierto que de cierta manera tenemos una libertad un poco limitada ya que hay cosas que nos suceden y que no son producto del actuar de otra persona, que no nos benefician, sino que nos perjudican en algo, o simplemente son cosas en las que no podemos tomar parte alguna. Cuando nos plantea la voluntad, creo que es algo muy parecido a lo que he estado mencionando anteriormente ya que aunque si existen diferencias, esta nos va a llevar a realizar una actividad de bien o mal ; con todo esto en conjunto y llevándolo por el buen camino, desde mi punto de vista después de haber visto la reflexión del autor, creo que no va a crear lo que para nosotros podría ser la felicidad.
3. Ordenes, costumbres y caprichos
En este capítulo el autor nos resalta lo que para mi es la responsabilidad o nuestras ganas de vivir (a partir de los ejemplos que nos plantea el libro). Pero sigue sin dejar lo que es la libertad, la cual se sigue aplicando ya que se tienen que seguir tomando decisiones, partiendo de los problemas que se nos vayan presentando en la vida como producto de nuestro propio actuar ; en este capítulo, el autor nos pone de ejemplo a un capitán de barco, el cual tiene que decidir entre cumplir y no cumplir con el trabajo ó podría ser entre la vida y la muerte de el y el resto de la flota ; en este mismo capítulo nos plantea las costumbres, las cuales son las actividades que realiza el hombre normalmente sin pensar en el porque realiza tal actividad como la de levantarse, o ponerse ropa para salir a la calle, las costumbres para mi son los aspectos que existen en la vida de cada uno, los cuales si no existieran en la vida de alguien lo podría considerar como a alguien que no esta bien mentalmente hablando (esto refiriéndome a las actividades de vestirse y otras actividades comunes en la sociedad humana) ; los caprichos los veo como aspectos en la vida de cada persona que según yo en su mayoría no nos llevan a nada muy productivo que digamos, debido a que un capricho es algo que solo le interesa a una persona la cual es la que tiene tal capricho, y no a la sociedad en general aunque este aspecto tratado en el capítulo, creo que es el único que posee de la libertad casi absoluta.
En cambio las ordenes y las costumbres no son acto libres ya que no son pensamientos internos sino son algo que es impuesto por alguien.
4. Haz lo que quieras
Decíamos antes que la mayoría de las cosas las hacemos porque nos las mandan , porque se acostumbra a hacerlas así, porque son un medio para conseguir lo que queremos o sencillamente porque nos da la ventolera o el capricho de hacerlas, así, sin más ni más. Pero resulta que en ocasiones importantes o cuando nos tomamos lo que vamos a hacer verdaderamente en serio, todas estas motivaciones corrientes resultan insatisfactorias: vamos, que saben a poco, como suele decirse.
Esto tiene que ver con la cuestión de la libertad, que es el asunto del que se ocupa propiamente la ética Libertad es poder decir «sí» o «no»; lo hago o no lo hago, digan lo que digan mis jefes o los demás; esto me conviene y lo quiero, aquello no me conviene y por tanto no lo quiero. Libertad es decidir, pero también, no lo olvides, darte cuenta de que estás decidiendo. Lo más opuesto a dejarse llevar, como podrás comprender. Y para no dejarte llevar no tienes más remedio que intentar pensar al menos dos veces lo que vas a hacer; sí, dos veces, lo siento, aunque te duela la cabeza... La primera vez que piensas el motivo de tu acción la respuesta a la pregunta «¿por qué hago esto?» lo hago por que me lo mandan, porque es costumbre hacerlo, porque me da la gana. Pero si lo piensas por segunda vez, la cosa ya varía. Esto lo hago porque me lo mandan, pero... ¿por qué obedezco lo que me mandan? ¿por miedo al castigo?, ¿por esperanza de un premio?, ¿no estoy entonces como esclavizado por quien me manda? Si obedezco porque quien da las órdenes sabe más que yo, ¿no sería aconsejable que procurara informarme lo suficiente para decidir por mí mismo? ¿Y si me mandan cosas que no me parecen convenientes, como cuando le ordenaron al comandante nazi eliminar a los judíos del campo de concentración? ¿Acaso no puede ser algo «malo» --es decir, no conveniente para mí-- por mucho que me lo manden, o «bueno» y conveniente aunque nadie me lo ordene?
En resumidas cuentas: puede haber órdenes, costumbres y caprichos que sean motivos adecuados para obrar, pero en otros casos no tiene por qué ser así. Sería un poco idiota querer llevar la contraria a todas las órdenes y a todas las costumbres, como también a todos los caprichos porque a veces resultarán convenientes o agradables. Pero nunca una acción es buena sólo por ser una orden, una costumbre o un capricho. Para saber si algo me resulta de veras conveniente o no tendré que examinar lo que hago más a fondo, razonando por mí mismo. Nadie puede ser libre en mi lugar, es decir: nadie puede dispensarme de elegir y de buscar por mí mismo. Cuando se es un niño pequeño, inmaduro, con poco conocimiento de la vida y de la realidad basta con la obediencia, la rutina o el caprichito. Pero es porque todavía se está dependiendo de alguien, en manos de otro que vela por nosotros. Luego hay que hacerse adulto, es decir, capaz de inventar en cierto modo la propia vida y no simplemente de vivir la que otros han inventado para uno. Naturalmente, no podemos inventarnos del todo porque no vivimos solos y muchas cosas se nos imponen queramos o no Pero entre las órdenes que se nos dan, entre las costumbres que nos rodean o nos creamos, entre los caprichos que nos asaltan, tendremos que aprender a elegir por nosotros mismos. No habrá más remedio, para ser hombres y no borregos que pensar dos veces lo que hacemos. Y si me apuras, hasta tres y cuatro veces en ocasiones señaladas.
La palabra «moral» etimológicamente tiene que ver con las costumbres, pues eso precisamente es lo que significa la voz latina: mores, y también con las órdenes, pues la mayoría de los preceptos morales suenan así como «debes hacer tal cosa» o «ni se te ocurra hacer tal otra». Sin embargo, hay costumbres órdenes que pueden ser malas, o sea «inmorales», por muy ordenadas y acostumbradas que se nos presenten. Si queremos profundizar en la moral de verdad, si queremos aprender en serio cómo emplear bien la libertad que tenemos, más vale dejarse de órdenes, costumbres y caprichos. Lo primero que hay que dejar claro es que la ética de un hombre libre nada tiene que ver con los castigos ni los premios repartidos por la autoridad que sea, autoridad humana o divina, para el caso es igual. El que no hace más que huir del castigo y buscar la recompensa que dispensan otros, según normas establecidas por ellos, no es mejor que un pobre esclavo.
«Moral» es el conjunto de comportamientos y normas que tú, yo y algunos de quienes nos rodean solemos aceptar como válidos; «ética» es la reflexión sobre por qué los consideramos válidos y la comparación con otras «morales»que tienen personas diferentes. En esta parte del libro se no plantea una especie de decisión la cual nos puede hacer culpables directos de algo o no, dependiendo de lo antecedentes que existan a esta actividad, la cual puede haber sido realizada voluntariamente o bajo ordenes de alguien. Aquí el autor no plante como ejemplo todos los anteriormente mencionados, pero el que habla sobre un comandante nazi y el que plantea el racismo, ejemplos que nos dicen que el hombre no siempre es el culpable de lo que hace, a partir de que muchas veces este tiene su libertad limitada, al tener que obedecer ordenes de alguien que sea considerado mas importante dentro de la actividad que realiza la persona. Pero estas ordenes pueden ser desobediencias ya que la libertad de la persona no se afecta a la hora de realizar la orden, orden que puede ser buena o mala, pero que va a ser clasificada por medio de la conciencia ; pero también puede existir el aspecto de la obediencia absoluta al que de la orden, pero en estos hechos entra la moral la cual nos dice si aceptamos o no el hacer lo que se nos ordena hacer ; dentro de lo que es la clasificación de lo bueno y malo no solo son esto sino que también estos dos pueden servir para calificar lo que se realiza. Por lo que así podemos calificar a las personas que nos rodean y a la sociedad en general, dependiendo de esta última y de una manera mas particular, a partir de nuestro criterio calificativo a l respecto.
5. Date la buena vida
En el capitulo actual el autor nos plantea el tratar de realizar nuestros actos de una manera mas libre sin tomar mucho en cuenta lo que loas demás personas tratan de influenciarnos. Pero para la lograr lo que es la buena vida creo que aparte de se felices creo que tenemos que hacer lo que nuestra conciencia nos indique, aunque esta indicación no sea buena para la sociedad en general, pero que para el que lleva acabo el acto es lo que a el mas felicidad le causa a partir de lo que a el le parezca. En este capítulo el autor nos dice que para vivir felices hay que hacer lo mejor posible o estar lo mejor posible de cualquier punto de vista ; como no lo plantea en el libro a partir de la Biblia, en donde nos habla de la herencia para el hijo primogénito que para estar feliz le da su herencia para que el logre ser feliz por lo menos momentáneamente, momento que al final puede no haber valido la pena, como lo plante el libro ; a partir de esta decisión puede surgir lo que es el arrepentimiento de haber hecho lo que se hizo anteriormente, y todo esto por lograr una felicidad de muy corto plazo. En esta parte del libro se nos plantea el aspecto económico el cual creo que esta en todas partes, problemas de la sociedad que creo que es la que nos esta comiendo a partir de la gran variedad de problemas que surgen por este. Para lo anterior esta el comerciante Kane, que a pesar de tener mucho dinero y poder no era feliz debido a que para conseguir lo que tenia, había tenido que crearse una gran cantidad de enemistades, las cuales no le podían proporcionar el cariño necesario para ser feliz, cariño que no puede proporcionar ningún ser vivo a excepción del humano.
6. ¡Despierta, baby!
Está bastante claro lo que queremos (darnos la buena vida), pero no lo está tanto en que consiste eso de «la buena vida». Y es que querer la buena vida no es un querer cualquiera, como cuando uno quiere lentejas, cuadros, electrodomésticos o dinero. Todos estos quereres son por decirlo así simples, se fijan en un solo aspecto de la realidad: no tienen perspectiva de conjunto. No hay nada malo en querer lentejas cuando se tiene hambre, desde luego: pero en el mundo hay otras cosas, otras relaciones, fidelidades debidas al pasado y esperanzas suscitadas por lo venidero, no sé, mucho más, todo lo que se te ocurra. En una palabra, no sólo de lentejas vive el hombre. La muerte es una gran simplificadora: cuando estás a punto de estirar la pata importan muy pocas cosas. La vida, en cambio, siempre es complejidad y casi siempre complicaciones. Si rehuyes toda complicación y buscas la gran simpleza no creas que quieres vivir más y mejor sino morirte de una vez. Y hemos dicho que lo que realmente deseamos es la buena vida, no la pronta muerte. La verdad es que las cosas que tenemos nos tienen ellas también a nosotros en contrapartida: lo que poseemos nos posee. Lo que tenemos muy agarrado nos agarra también a su modo... o sea que más vale tener cuidado con no pasarse.
La mayor complejidad de la vida es precisamente ésa, que las personas no son cosas. Al principio no encontró dificultades: las cosas se compran y se venden. Las cosas Se usan mientras sirven y luego se tiran.
Desengáñate: de una cosa sólo pueden sacarse... cosas. Nadie es capaz de dar lo que no tiene, ¿verdad?, ni mucho menos nada puede dar más de lo que es. Si los hombres fuésemos simples cosas, con lo que las cosas pueden darnos nos bastaría. Pero ésa es la complicación de que te hablaba que como no somos puras cosas, necesitamos «cosas» que las cosas no tienen. Cuando tratamos a los demás como cosas, lo que recibimos de ellos son también cosas: al estrujarlos sueltan dinero, nos sirven, salen, entran, se frotan contra nosotros o sonríen cuando apretamos el debido botón... Pero de este modo nunca nos darán esos dones más sutiles que sólo las personas pueden dar. No conseguiremos así ni amistad, ni respeto, ni mucho menos amor. Ninguna cosa puede brindarnos esa amistad, respeto, amor... en resumen, esa complicidad fundamental que sólo se da entre iguales y que a ti o a mí que somos personas, no nos pueden ofrecer más que otras personas a las que tratemos como a tales. Lo del trato es importante, porque ya hemos dicho que los humanos nos humanizamos unos a otros. Al tratar a las personas como a personas y no como a cosas estoy haciendo posible que me devuelvan lo que sólo una persona puede darle a otra.
Pero al menos contamos con el respeto de una persona, aunque no sea más que una: nosotros mismos. Al no convertir a los otros en cosas defendemos por lo menos nuestro derecho a no ser cosas para los otros. Intentamos que el mundo de las personas sea.
¡Despierta de una vez, criatura! Los demás, desde fuera, pueden envidiarle a uno y no saber que en ese mismo momento nos estamos muriendo de cáncer. ¿Vas a preferir darle gusto a los demás que satisfacerte a ti mismo? Y yo te digo que dejes a la gente en paz y que sólo pienses en ti mismo.
Precisamente la ética lo que intenta es averiguar en qué consiste en el fondo, más allá de lo que nos cuentan o de lo que vemos en los anuncios de la tele, esa dichosa buena vida que nos gustaría pegarnos. A estas alturas ya sabemos que ninguna buena vida puede prescindir de las cosas pero aún menos puede pasarse de personas. A las cosas hay que manejarlas como a cosas y a las personas hay que tratarlas como personas: de este modo las cosas nos ayudarán en muchos aspectos y las personas en uno fundamental, que ninguna cosa puede suplir, el de ser humanos. A lo mejor ser humanos no es cosa importante porque queramos o no ya lo somos sin remedio... ¡Pero se puede ser humano-cosa o humano-humano, humano simplemente preocupado en ganarse las cosas de la vida, todas las cosas, cuanto más cosas, mejor y humano dedicado a disfrutar de la humanidad vivida entre personas! Por favor, no te rebajes; deja las rebajas para los grandes almacenes, que es lo suyo.
Se puede ser listo para los negocios o para la política y un solemne borrico para cosas más serias como lo de vivir bien o no.Te repito una palabra que me parece crucial papa este asunto: atención. No me refiero a la atención del búho, sino a la disposición a reflexionar sobre lo que se hace y a intentar precisar lo mejor posible el sentido de esa «buena vida» que queremos vivir. Sin cómodas pero peligrosas simplificaciones, procurando comprender toda la complejidad del asunto este de vivir (me refiero a vivir humanamente), que se las trae.
Yo creo que la primera e indispensable condición ética es la de estar decididos a vivir de cualquier modo: estar convencido de que no todo da igual aunque antes o después vayamos a morirnos. Cuando se habla de «moral» la gente suele referirse a esas órdenes y costumbres que suelen respetarse por lo menos aparentemente y a veces sin saber muy bien por qué. Pero quizá el verdadero intríngulis no esté en someterse a un código o en llevar la contraria a lo establecido sino en intentar comprender, por qué ciertos comportamientos nos convienen y otros no, comprender de qué va la vida y qué es lo que puede hacerla «buena» para nosotros los humanos. Ante todo, nada de contentarse con ser tenido por bueno, con quedar bien ante los demás, con que nos den aprobado. Pero el esfuerzo de tomar la decisión tiene que hacerlo cada cual en solitario: nadie puede ser libre por ti.
En este capítulo el autor sigue no sigue tratando de explicar para dejarnos una idea mas clara lo que es la buena vida en donde nos empieza a explicar que las complicaciones que se presentan en la vida tienen que ser tomadas de una manera mas sencilla, para así poder superar estos problemas, pero como que al plantear los ejemplos en este capítulo, por medio de estos, creo que no nos da una idea clara de lo que esta tratando de decir, nos habla un poco refiriéndose al futuro como el posible factor para impedir que logremos nuestros objetivos ; luego al plantear su ejemplo del alumno y el maestro nos enseña que no es necesario tener todo para ser felices, aspecto que creo nos a venido planteando los últimos dos capítulos, en el ejemplo el discípulo se dio cuenta de que al tener lo que mas quería (dos cosas del cuarto de su maestro) no iba a ser feliz ya que estaba ocupado de ambas manos al momento de tener una necesidad que podría ser de carácter personal, necesidad que no es agradable si no se puede solucionar.
7. Aparece pepito grillo
Aquí comienza tratándonos de dar a conocer el objetivo de nuestra vida el autor refleja cual lo plantea como el de no ser imbécil, tratándonos de decir que lo que tenemos que lograr es tener un espíritu fuerte, creo que este espíritu fuerte lo generaliza para que abarque todas las actividades posibles a realizar por el hombre, pero a su vez da una clasificación de las formas de vida, tomando como punto de partida al imbécil ; primeramente esta el que esta en una siesta permanente creyendo que no necesita nada, luego el que no tiene seguridad en si mismo para realizar lo que el quiere, luego esta el que no tiene interés de superarse a pesar de saber que necesita este factor de superación para se feliz en la vida ; luego esta el que tiene decisión pero que no tiene la voluntad para decidir lo que va a hacer y por último esta el ambicioso ya que lo quiere todo pero de una forma excesiva, aspecto por medio del cual no va a lograr la buena vida. Luego no plantea la conciencia para saber que es lo que sabemos y que es lo que necesitamos saber para así desarrollar nuestra necesidad si se le puede llamar así, aunque mas bien creo que las mayoría de las veces esto pudiera se solo un capricho ; esta conciencia es la que nos va a ayudar a dejar de tener lo que al autor plantea como imbecilidad moral a través de no ser conformistas, aceptar nuestras cualidades y saber tener un buen criterio de decisión. Luego el autor creo que nos plantea las ambición, la cual creo que es otro problema para lograr lo que es la buena vida para nosotros, en donde nos habla de Ricardo III de Sahakespeare, en donde desde mi punto de vista Ricardo no lograra nunca ser feliz ya que creía que para ser feliz le bastaría con llegar al trono, pero para esto tuvo que eliminar a toda la gente que estaba primero que el, pero al matar a todas estas personas no supo que también estaba matando su felicidad ya que se estaba quedando solo, el ahora rey no lograra nunca ser feliz, al menos mientras siga siendo rey ya que el remordimiento de sus actos siempre va estar siendo recordado por su conciencia.
Después habla de la diferencia de personalidades entre el que es bueno y el que es malo.
8. Ponte en su lugar
En este capítulo el autor comienza con un ejemplo, sobre la historia de Robinson Crusoe, personaje que vive solo en una isla y que al ya estar bien establecido en ella, encuentra que no esta solo, hablando de que encontró pruebas para poder decir que hay otros humanos en la isla, lo cual le causa un problema, el cual esta lleno de dudas sobre lo que tendrá que hacer. Lo único que este sabia es que por lo menos iba a ser alguien parecido a el sin importar las demás características del extraño, entonces el autor comienza a hablar sobre el tipo de relación que el esta pensando tener con el otro humano, sin importar por el momento la forma de ser de este. Después al avanzar me encuentro que para tratar con otro humano se tiene que tratar a este como tal sin importar lo que podría haber en su pasado, ya que el puede desarrollar y hacer lo mismo que cualquier persona normal en este caso, pero al existir la imitación, actividad que todos los humanos desempeñan, es la característica que nos a venido estableciendo la forma de vida del hombre a través de l que considero como las costumbres, costumbre que no harán buenos o malos, pero en otros ejemplos establece que el ser malo no es un factor de estar viviendo una buena vida ya que la persona que es mala a su vez es desgraciada, esto por diferentes motivos, los cuales los considero personales. Pero al tener que seguir tratando a estas personas como humanos, tenemos que ponernos en su lugar, pienso yo que esto es para poder comprender el porque esta clase de personas actúan así, viendo que también tienen sus intereses, objetivos y el que tienen que tomar decisiones a partir de lo anterior, como para establecer que es lo que la demás gente debe de esperar de esta clase de personas.
9.TantoGustoEn esta parte el autor nos habla, pienso de lo que es un poco la inmadurez de realizar lo que se establece y supone que todos debemos hacer para poder convivir en la sociedad en la que tenemos que desarrollarnos, esto el autor lo define como inmoralidad, concepto al cual se le pueden dar otros significados como el que típicamente se establece como el sexo que aparece en películas, forma de utilizar el concepto que es incorrecta ya que se a ido creando en las personas que su objeto es el anteriormente dicho, pero la inmoral dentro del mismo tema (sexo) podría establecerse como tal cuando se comete alguna violación en contra de una mujer ; la inmoral no solo puede se lo anterior sino que también puede estar presente en la mesa a la hora de comer.
Pero también no dice que el sexo se considera algo malo ya que la sociedad a través del tiempo a venido haciendo que esta actividad que debería ser considerada como de lo más común, se ha venido estableciendo como algo que impide que el hombre pueda seguir haciendo lo que hace en días normales (trabajo y otras actividades diarias). Este placer no es el único que hay para se por lo menos temporalmente feliz sino que existen otros los cuales creo que pueden variar dependiendo de la forma de ser y pensar de la persona frente a ciertas actividades que a esta le gustan mucho, esta clase de placeres, bueno todos en general son los que no hacen que tengamos mas ganas de vivir. Pero la mayor felicidad o producto de desarrollar esta es lo que podemos definir como alegría, conceptos que también son diferentes para cada persona dependiendo del criterio y forma de vida de esta.
10. Elecciones Generales
Para lo único que sirve la ética es para intentar mejorarse a uno mismo, no para reprender elocuentemente al vecino; y lo único seguro que sabe la ética es que el vecino, tú, yo y los demás estamos todos hechos artesanalmente, de uno en uno, con amorosa diferencia. De modo que a quien nos ruge al oído: «¡Todos los... (políticos, negros, capitalistas, australianos, bomberos, lo que se prefiera) son unos inmorales y no tienen ni pizca de ética!», se le puede responder amablemente: «Ocúpate de ti mismo, so capullo, que más te vale», o cosa parecida.
En este capítulo el libro comienza hablándonos sobre política, mas bien políticos si referir se a uno en particular, sino que hace una referencia general ; aquí se habla de la mala fama que tienen los políticos, pero el autor al define como que es la fama que tendría cualquier político y que es la característica que tendía el pueblo en general sin importar quien sea el que este desarrollando determinado puesto, el autor nos dice que un político llega a ser político por que es alguien muy parecido a la sociedad (personas que componen a esta), ya que si esta fuera diferente, pues simplemente a pesar de que esta lo intente sería muy difícil de que ganara. Esto no s hace responsables de todo lo que pasa con el gobierno ya que dentro de la Etica, esto se lleva acabo a partir de una elección la cual conlleva una decisión, por medio de la cual esperamos obtener lo mejor para nosotros, o sea, un bien.
La Etica y política las veo como "actividades" que están relacionadas con la libertad, pero de una manera diferente ya que la Etica plantea la libertad individualmente pero a todos y la política establece la libertad pero de una manera general y a través de actividades que son necesarias para que la política funcione. Entonces se establece que la política debe de respetar la libertad de la sociedad incluyendo las características de esta como un algo que hace que la civilización funcione, luego se establece que tratemos a las personas como personas practicando lo que podemos definir como justicia, la cual podría decir que es la que nos limita un poco la libertad, por lo que finalmente dice que la política establece parte de la libertad (limita a esta) que se supone podría tener el hombre.

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